Ácido, dulce, brillante: Los peligros que esconde el té helado

En algunas latitudes el té helado es una bebida sumamente demandada en verano. ¿Qué mejor para quitar la sed cuando suben las temperaturas? Pero, ¡atención! No todos los tés helados de producción industrial son lo que prometen.

La mejor opción siempre es hacerlo en casa: preparar un té negro, dejarlo enfriar y añadir zumo de limón o de durazno y azúcar a gusto. Sin embargo, a veces el tiempo apremia. Otras, la sed nos toma por sorpresa estando en la calle y la única alternativa es entrar en un supermercado. Una vez en la góndola, es crucial leer la lista de ingredientes en el envase.

Por un lado, porque muchos de estos productos contienen muy poca fruta y muchísimas sustancias aromáticas. Por otro lado, porque hay marcas que en lugar de utilizar zumo de limón, añaden ácido cítrico, el E330, que es un aditivo que reduce el nivel de pH de la saliva y eso, a su vez, podría derivar en un desprendimiento de minerales del esmalte de los dientes. Si eso ocurre y si sucede en combinación con el consumo de gran cantidad de azúcar, los dientes pueden verse afectados.

«Porque las bacterias que metabolizan el azúcar en la boca también bajan el nivel de pH», explica la especialista en nutrición Annabel Dierks.

Las grandes cantidades de azúcar del té helado generan además más sed todavía en lugar de calmarla y aportan una cantidad adicional de calorías, con lo cual podría ser apropiado para apagar una sed circunstancial, pero no como hidratación permanente.

Lo mejor que pueden hacer los grandes fans de este brebaje es prepararlo en casa, pero no con el paquete en polvo con el granulado de té instantáneo, porque ese, según indica Dierks, suele estar compuesto de azúcar, ácido cítrico, extracto de té negro, aromas… y muy pocas frutas.

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Además, tal como indican por ejemplo las oficinas alemanas de evaluación de riesgos BfR, al consumir ese tipo de preparados instantáneos aumenta el riesgo de consumir aluminio. La ingesta de grandes cantidades podría dañar el sistema nervioso, los riñones o los huesos.

El brillo que suele tener el té helado tampoco es lo más saludable que se pueda consumir. Los expertos en defensa del consumidor advierten que ese efecto suele ser logrado mediante la incorporación de dióxido de titanio (E171), un aditivo que es catalogado por las oficinas del BfR de Alemania como inseguro. Muchos fabricantes lo han tachado de sus listas de ingredientes desde hace tiempo.

fuente dpa