Primavera en Salamanca: enamorarse de la ciudad del Tormes

Poco hay que decir de Salamanca para entender por qué es una de las ciudades más turísticas de nuestro país. Su ambiente, con los estudiantes de su universidad llenando las calles de alegría, su historia, con monumentos como su catedral sobresaliendo por las callejuelas y su gastronomía bien valen una escapada, dos o tres.

Durante la primavera, además, es una de esas ciudades únicas que consiguen una luz que hace que todo quede bonito en ella.

Capital como pocas de Castilla y León, su nombre ya alberga la promesa de disfrute, escondiendo rincones en su capital dignos de ser visitados, pero también en el resto de la provincia, llena de pueblos con encanto a los que acabar escapándose para recargar las baterías que la rutina descarga.

De hecho, una de las tendencias más en alza pasa por celebrar los eventos en capitales como ella. Ya sean bodas, comuniones o eventos corporativos, las provincias como ésta llenan sus establecimientos en busca de una calidad gastronómica única, unos espacios maravillosos para fotografiarse como la propia Plaza Mayor, las Torres de Clerecía, sus Universidades (es hora de echar la mirada hacia la fachada en busca de la rana), sus catedrales (¿dónde está el astronauta?) o la famosa Casa de las Conchas.

«Salamanca invita al disfrute y a celebrar eventos inolvidables. Cada vez son más las reservas que nos llegan desde otras provincias en busca de ese algo que conquista a quien la pisa. Nuestra terraza, llegada la primavera, se llena de luz, de alegría y de citas familiares inolvidables. Las bodas están volviendo y, por suerte, llenando de alegría y de amor de nuevo el ambiente y las calles» explican desde El Jardín del Virrey, uno de los establecimientos destacados de la capital por la belleza de su entorno.

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Y hablando de amor, no en vano se merece la visita el Huerto de Calixto y Melibea, quizá una de las obras literarias más llamativas de la época firmada por Fernando de Rojas y cuyo recorrido permite disfrutar de la antigua muralla que comparte espacio con el Tormes mientras se recorre un jardín de claro estilo musulmán.

En definitiva, un destino para turistas, parejas, novios y familias. Un destino para todos en una ciudad como ninguna.