Elegancia y tradición en estado puro

Nadie dijo que la vida fuera sencilla y, sin embargo, todo queda reducido a un simple nacer, crecer, (reproducirse) y morir. Pero, ¿qué pasa con todo eso que hay por el medio del camino?

Vivir es lo más importante, y el día a día es lo que hace una vida. Una vida que será tanto más plena dependiendo de infinidad de factores. No obstante, lo cierto es que una amplia mayoría no serían igual de felices si no hubieran conocido en su día a la persona adecuada para compartir su vida. Pero encontrar a esa persona es solo un punto de inicio que suele culminar en boda. Pero antes del ‘sí quiero’ serán muchos los quebraderos de cabeza a los que se habrán de enfrentar los protagonistas y las decisiones difíciles que habrán de tomar. Elegir el lugar y el tipo de enlace, decantarse por el menú más adecuado, organizar las mesas de los invitados, contratar a la persona que inmortalice el momento y, como no, una de las cosas más importantes, elegir el vestido y la mantilla de novia, así como los zapatos y demás complementos que desee lucir la protagonista indiscutible del feliz evento.

De acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el 2018, se celebraron en España un total de 163.430 bodas, lo que significa que un total de 163.430 novias se vieron obligadas a decidir si usaban una mantilla de novia el día de su enlace o, por el contrario, se decantaban por el velo o la ausencia de ambos.

Son muchos los factores a tener en cuenta a la hora de optar por una mantilla o un velo, incluso existe una opción adecuada para aquellas que buscan la combinación de ambas opciones, haciendo de la creación del velo amantillado todo un acierto.

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No obstante, la mantilla sigue situándose a la cabeza de las novias más tradicionales, pues no debe obviarse el hecho de que esta prenda, popularizada por la reina Isabel II, simbolizaba en épocas medievales la virginidad o soltería de la mujer.

No obstante, y pese a los siglos de existencia con los que cuenta, lo cierto es que la prenda ha sabido adaptarse a los tiempos actuales ofreciendo a todas aquellas mujeres que lo deseen la posibilidad de personalización, haciendo que un día tan especial luzcan una prenda única que perdurará en el tiempo y que constituirá un hermoso legado en el caso de que se decida procrear y el resultado sea una niña.

Y es que, existen pocas cosas en la vida de una madre más conmovedoras que ver como su hija se casa con la mantilla que lució ella misma el día de su enlace.