El arte de inmortalizar los mejores momentos

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Pero en muchos casos, depende de la propia imagen.

Escoger fotógrafo durante las celebraciones más señaladas no siempre es tarea fácil. «Más allá de la búsqueda de un profesional que sepa encontrar ese clic, es necesario conseguir una complicidad con los protagonistas. Si eso no existe, es prácticamente imposible que salgan las imágenes que todos queremos» comentan David y Carla.

Los nervios, las prisas, los despistes, todo forma parte de una gran celebración y, como todas, las bodas tienen de eso mucho más. Los novios, verdaderos protagonistas del evento no sólo quieren algunas imágenes que pasen a formar parte de su propia historia sino también de la gente que les acompañó durante el enlace.

Familiares y amigos pueden pasar de convertirse en aliados a ser un verdadero quebradero de cabeza para los fotógrafos que cubren una boda, aunque por norma general, el propio estilo del profesional basta para salvar las situaciones más disparatadas que pueden darse tanto durante la celebración como durante el convite.

La ventaja de la fotografía hoy en día tiene que ver con el propio estilo, algo que hace que cada profesional adapte su saber a los deseos de los contrayentes. Desde la fotografía clásica dentro de la ceremonia hasta las sesiones pre y post boda mucho más naturales va una amplia gama de imágenes.

Detalles personales, primeros planos, desenfoques, miradas, gestos, sonrisas, todo forma parte del que posteriormente será uno de los reportajes que mejores recuerdos suelen traer. Eso sí, también hay que tener en cuenta que o se cuenta con un profesional o los recuerdos pueden quedar velados de la peor manera.

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Nada como echar un vistazo en su página web antes de decidirse para saber qué esperar del estilo de fotografía que quieren ofrecernos los que de esto saben. Gracias a las sesiones que tienen el interesado puede comprobar si realmente se ajusta al tipo de trabajo e imágenes que espera atesorar a posteriori.

Contar también con algún ejemplo de lo que se espera y hablarlo con el fotógrafo puede servirle para saber mejor a qué ángulo apuntar durante el evento. Revistas, consejos, detalles y sobre todo complicidad son las que marcan la diferencia.