Descubrimos los lugares más emblemáticos de las grandes bodas reales

Elegir un lugar que diga algo de la ceremonia que se va a celebrar en él no es fácil. Se trata de espacios de película, preparados para acoger multitudinarias y distinguidas bodas, con un sello de glamour especial. ¿Celebrar tu historia de amor en un auténtico palacio? ¿por qué no?

Vamos a hacer un pequeño recorrido hacia los escenarios elegidos por la realeza durante los últimos años, lugares románticos, con historia y que se han convertido también en unos de los espacios más visitados posteriormente.

Decoración Catering - Atlántico EventosLa historia de estos grandes escenarios data de hace ya unos cuantos siglos.  Decorados con una arquitectura lujosa, son los espacios mas románticos para celebrar una boda de ensueño y también, por qué no, una forma de financiar parte de su mantenimiento gracias a los eventos personales y corporativos que pueden celebrarse en sus salones.

Vamos a comenzar hablando de algunas de las bodas más románticas de la historia y de los imponentes palacios donde tuvieron lugar las uniones entre príncipes y plebeyas o entre princesas y aristócratas que vivieron romances polémicos que transgredían los límites de lo establecido.

Buen ejemplo de todo esto fue el enlace entre el Príncipe Rainiero y la actriz Grace Kelly. Su amor comenzó rodeado de cámaras, durante el rodaje de una película, y  terminó en uno de las bodas más románticas de la historia de Europa.  ¿Pero dónde tuvo lugar la ceremonia? Como no podía ser de otra manera y siendo el heredero de Mónaco, la ceremonia tuvo lugar en el mejor salón de palacio: el salón del trono. Tras la ceremonia en sí, rodeados de la elegancia del estilo renacentista, se dispusieron a tomar un almuerzo en el tradicional Patio de Honor, decorado con muros pintados al fresco y una armonía arquitectónica muy elegante.

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En ambos casos se habla de salas y salones del Palacio Grimaldi,  construido en 1191 y que desde el siglo XIII es propiedad de esta familia, pero no fue  reconocido como un lujoso palacio hasta finales del siglo XIX, cuando Rainiero y su esposa decidieron casarse aquí. Lo que realmente la hace símbolo de lujo y glamour es la fachada renacentista, junto con las torres y fortificaciones medievales. Todo ello, junto con su decoración, forma un conjunto muy armónico. Destacan también la Galería de los Espejos, la Escalinata, la Sala Azul y los Salones Oficiales que fueron restaurados a mediados del siglo XX.

Pero no es la única boda celebrada en este ambiente monaguesco, ya que también contrajeron nupcias en 2014 el Príncipe heredero Alberto de Mónaco  y, dos años más tarde, Andrea Casiraghi.

Otras de las grandes nupcias reales que aún hoy está presente en la memoria de muchos es la boda de Juan Carlos  de Borbón y Sofía I de Grecia, que se unieron en el espectacular palacio de Atenas. Esta construcción, de estilo neoclásico, fue diseñada por el arquitecto Ernst Ziller.

En el Palacio Real de Ámsterdam también se vivieron grandes historias de amor entre sus paredes. La última gran boda de la que fue testigo fue la del Príncipe heredero, Guillermo de Orange con la argentina Máxima, aunque antes ya lo hiciera su propia madre, la Princesa Beatriz de Holanda con el aristócrata alemán Claus Von Amsberg.

Lo que caracteriza este palacio y le diferencia de otros palacios de Europa  es su aparente imagen austera, aunque basta con entrar a su interior para encontrar una inmensa colección de arte entre las que se encuentran algunos trabajos de Rembrand y una decoración única y lujosa que impacta cada vez que se abre una nueva puerta.

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Y, finalmente, culminaremos con  un estilo más sobrio, pero no por ello menos elegante y bucólico, representado por el Palacio Real de Bruselas, donde fue celebrada la boda entre el Príncipe Felipe de Bélgica y Matilde D´Udeken. Su estilo neoclásico destaca aún más gracias a la gran escalinata de mármol, columnas imponentes, y las emblemáticas esculturas que encontrarás según vayas accediendo a él. Las habitaciones parecen sacadas de un cuento. De esta gran infraestructura destaca el llamado Gran Salón, con grandes frescos o la característica Sala de los Espejos.